Ryldberg estrena el primer certamen internacional de pintamonas con una aportación extraordinaria. Entre apuntes incomprensibles se puede apreciar todo un clásico del pintamonismo (empezamos muy bien): “una boca”. Destacar el probable autoretrato en la “Washi Machí” y el conato de Pokemon vampírico. ¡Brillante, Ryldberg! Tus aportaciones serán bienvenidas en el futuro.
¡Ánimo, pintamonas del mundo, esperamos vuestras obras!
abril 12, 2010 a las 8:16 am |
Yo también destacaría la hondura de las listas de compra que pueblan el back-ground.
Son una muestra del descontivismo superflativo imperante.
Por otro lado, buen trabajo esta primera aportación.